Como se sabe, Francisco también exhortó a los Estados a ser garantes del acceso universal al agua segura y de calidad y alertó, sobre la base de datos de la ONU, que “miles de niños en el mundo mueren por enfermedades relacionadas con el uso de agua no segura”.
Esto lo leemos en Gualeguaychú, donde acaba de denunciarse un derrame químico de una empresa del parque industrial, que derivaría -cuándo no- en aguas de nuestro río. Aguas abajo, de la ciudad, es cierto, pero...
Aguas arriba (también de la toma de agua para su distribución entre la población) tenemos la desembocadura de todo lo que sale del parque industrial, y en la orilla uruguaya, vemos a UPM Botnia tomar, utilizar, degradar y arrojar absolutamente desnaturalizados miles de litros al río que compartimos.
¿Y qué se hace?
Se habla, se promete, pero las aguas siguen corriendo turbias, demasiado para ser seguras.
Y a la vista de todos: de los damnificados, de los que se quejan y de los que prometen.
Estos últimos, ¿sabrán de qué habló Francisco hace una semana ante cien expertos y funcionarios de cinco continentes?
Fecha:02/02/2017
Fuente: Diario el Argentino de Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina.
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